El aire libre es un espacio idóneo tanto para crearlo como para enseñarlo. Así mismo piensa nuestra joven artesana. El hecho de no tener una tienda fija e ir rotando por las ciudades cual nómada, nos explica que le hace sentirse mejor, más libre... Además, también cuenta que esta oportunidad de la venta ambulante le permite conocer a mucha gente, muchos lugares, muchas culturas... Obviamente, aunque sea una parada pequeña y sin ostentaciones, también tiene "ánimo de lucro", como todos los negocios, aunque lo pongo entrecomillado porque... ahora os muestro las respuestas de la entrevista mejor...
Entrevista a la artesana (no quiso decir sus datos personales):
¿Haces tú misma todas las piezas?
A: La mayoría sí, pero no todas, mi chico también hace algo...
¿Cúantas haces por día aproximadamente?
A: Depende de la inspiración que tenga, cada día es diferente...
¿Y en qué te inspiras?
A: En cosas contradictorias, colores que no combinen, combinaciones que no tengan lógica vaya.
¿Qué materiales utilizas?
A: Uff, de todo. Semillas, cortezas, fósiles, piedras con minerales... (cosas "recicladas") También utilizo cuero y macramé.
¿La gente aprecia que sean piezas únicas o se quejan del precio?
A: La gente no lo considera como único, si les gusta una pieza pero "es cara" (10€) también les gustará la pieza de al lado más barata. Creo que falta personalidad, la gente elige por el precio... Yo prefiero que se lo lleven porque les guste que no por el dinero... No lo hago por ganar más...
Mira, si a veces alguien me pregunta el precio de algo y a mí, como me gusta tanto esa pieza le digo un precio muy elevado para que no se la lleve... Lo "malo" es que hay gente que igualmente me lo compra y... ¡me da mucha pena!
¿Consideras arte lo que haces?
A: No sé hasta que punto lo consideraría arte... Yo lo considero más bien como una forma de vivir y además de alterar la artesanía... ¡Es un arte alterado!
¿Qué le dirías a la gente que compra sus joyas en grandes almacenes...?
A: Nada pero yo, como elemento, no voy. Las cosas que no salen de mi no me las pongo.
Celia Liébana
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